Acostumbrados como estábamos en los últimos tiempos a las nuevas incorporaciones al mundo de las estatinas (rosuvastatina y pitavastatina, de la que tendremos ocasión de hablar más adelante), sorprende el anuncio de la próxima comercialización de una nueva resina de intercambio iónico, que además está autorizada por la EMA desde marzo de 2004. Por supuesto, esta nueva resina dobla con creces el precio de las ya disponibles: colestipol y colestiramina.
Colesevelam puede emplearse en monoterapia o asociado a una estatina y/o ezetimiba. Está indicado en el tratamiento de la hipercolesterolemia primaria y de la hipercolesterolemia familiar y su dispensación a cargo del SNS requiere de visado de inspección previo. A pesar de que se presenta en forma de comprimidos —y por tanto evita la mala palatabilidad asociada a las resinas—, el elevado número de comprimidos que deben ingerirse diariamente puede dificultar la adherencia al tratamiento. La dosis recomendada es de 4 a 6 diarios en una o dos tomas, con las comidas, lo que equivale a 2,5–3,75 g de colesevelam.
Al igual que en otras ocasiones, hemos seleccionado un par de informes de evaluación de este medicamento: el de Osakidetza y el de la comisión de farmacia y terapéutica de Suffolk Primary Care Trust, uno de los numerosos grupos que trabajan en la evaluación de medicamentos y en la difusión de información farmacoterapéutica en el NHS británico.
Los ensayos realizados con colesevelam son de corta duración (6 semanas máximo), de pequeño tamaño y, obviamente, miden la reducción de las concentraciones plasmáticas de LDL, una variable orientada a la enfermedad y no al paciente. No se ha comparado con ninguna de las otras resinas secuestrantes de ácidos biliares ni se dispone de ningún ensayo clínico en el que se evalúe su efecto sobre la morbimortalidad cardiovascular.
El efecto hipolipemiante puesto de manifiesto en los ensayos clínicos es ligeramente inferior al de las otras resinas: colesevelam a dosis de 3,8-4,5 g al día reduce un 15% la concentración de LDL plasmático mientras que colestiramina (24 g/día) y colestipol (30 g/día) lo reducen en una media del 15-30%.
Las reacciones adversas más frecuentes son las gastrointestinales: flatulencia (11%), estreñimiento (10%), dispepsia (6%), náuseas y diarrea (3%). También se describen como frecuentes el aumento de triglicéridos y la cefalea. En los ensayos clínicos, colesevelam presentó una incidencia de efectos adversos gastrointestinales menor que la descrita para los otros fármacos del grupo, aunque algunos autores apuntan a que es debido a que se utilizaron dosis con una potencia hipolipemiante inferior a la empleada habitualmente con el resto de resinas.
Con la evidencia disponible, podemos afirmar que colesevelam no proporciona un mejor balance beneficio/riesgo que el resto de fármacos del grupo, por lo que siguen vigentes las recomendaciones de la Guía Farmacoterapéutica Interniveles de las Islas Baleares en aquellos casos en los que haya que emplear una resina: colestiramina es la resina de elección porque es la única que dispone de evidencia de eficacia en la reducción de la morbilidad coronaria.
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