3 de noviembre de 2010

A vueltas con las quinolonas: nueva guía de la SEPAR sobre la neumonía adquirida en la comunidad

Gracias a ilustres “twitteros” nos hemos enterado de que se acaba de publicar la nueva guía de la SEPAR sobre neumonía adquirida en la comunidad (NAC). Ha venido acompañada de polémica —al menos en lo que respecta al tratamiento ambulatorio— puesto que el grupo de enfermedades infecciosas de la SemFYC ha publicado una nota al respecto en la que se afirma que las recomendaciones de la SEPAR podrían promover el uso indebido de los antibióticos, especialmente de las quinolonas y las cefalosporinas.

En El Comprimido estamos sensibilizados con la problemática del uso inadecuado de las quinolonas después de la publicación de nuestro boletín número 19, en el que se abordaba este asunto. El uso de estos antibióticos se ha asociado con el rápido desarrollo de resistencias, no solo a este grupo sino también a otros, y es especialmente preocupante la relación entre el uso de fluorquinolonas y el aumento de enterobacterias portadoras de betalactamasas de espectro extendido (BLEE) y el aumento de la incidencia de infecciones por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM).

La guía de la SEPAR propone como tratamiento farmacológico ambulatorio de la NAC indistintamente una fluorquinolona —moxifloxacino o levofloxacino— o la combinación de un macrólido —azitromicina o claritromicina— más amoxicilina o amoxi-clavulánico o cefditoreno. Por suerte, ya no recomienda la telitromicina, como sí lo hacía en la versión de 2005.

La evidencia científica nos dice que la administración de la combinación de un beta-lactámico más un macrólido o la administración de una quinolona en monoterapia tienen la misma eficacia clínica. Por ello, las últimas recomendaciones (2007) de la IDSA y de la ATS —sociedades americanas de enfermedades infecciosas y de enfermedades respiratorias— sobre el tratamiento de las neumonías, catalogan con el mismo nivel de evidencia la utilización de quinolonas o de beta-lactámicos más macrólidos. Es decir, teóricamente y sin considerar las resistencias microbianas locales, se podría recomendar como tratamiento empírico de la NAC la asociación de amoxicilina o amoxi-clavulánico más claritromicina o azitromicina o bien levofloxacino o moxifloxacino en monoterapia.

No obstante, la situación epidemiológica y el nivel de resistencias de las cepas de neumococo a las quinolonas y a los beta-lactámicos en España es muy diferente a la situación en los Estados Unidos. Por ello, las recomendaciones americanas no son directamente extrapolables a nuestro país y, en nuestro caso, los beta-lactámicos deben ser considerados como el tratamiento empírico de elección.

Esta selección preferente de los beta-lactámicos se refuerza por el hecho de que, en estudios publicados recientemente sobre resistencias de los patógenos comunitarios respiratorios en nuestro país, se observa una drástica reducción de las resistencias, especialmente del neumococo, a las penicilinas y resto de beta-lactámicos (menos del 1% de los neumococos son resistentes en la actualidad a la penicilina parenteral/oral).

Por tanto, parece razonable que en los casos de neumonías leves o moderadas y de neumonías demostradas por neumococo se empleen antibióticos con un espectro más reducido que el de las fluorquinolonas, con un precio más barato y con menos inductores de resistencias, reservando las fluorquinolonas para aquellos casos en los que no exista otro antimicrobiano valido.

Todo lo comentado, coincide con las recomendaciones del capítulo de Tratamiento de las infecciones del tracto respiratorio inferior en adultos de la GFIB que, aunque publicado en el año 2008, sigue plenamente vigente. Dichas recomendaciones se pueden resumir en:

  • Los beta-lactámicos son el tratamiento empírico de primera elección en la NAC no grave que no precisa hospitalización, debiéndose emplear 1 g de amoxicilina cada 8 horas.
  • En pacientes mayores de 65 años o ante la sospecha de infección por H. Influenzae se recomienda la utilización de amoxi-clavulánico a dosis elevadas de amoxicilina.
  • Las quinolonas son el tratamiento empírico de segunda elección: en pacientes alérgicos a penicilinas, en las neumonías que requieran ingreso, en caso de tratamiento reciente con beta-lactámicos o si existen criterios de sospecha de infección por Pseudomonas.

4 comentarios:

Javier Muñoz dijo...

Plenamente de acuerdo, tal y como también comentamos en nuestro blog

http://grupoinfeccsomamfyc.wordpress.com/2010/11/01/comentarios-del-grupo-de-infecciosas-de-la-semfyc-a-la-reciente-normativa-separ-sobre-el-tratamiento-de-la-neumonia/

Javier Muñoz
Grupo Enfermedades Infecciosas Sociedad Madrileña de Medicina Familiar y Comunitaria SoMaMFYC

El Comprimido dijo...

Hola Javier, muchas gracias por tu comentario. Al parecer somos muchos los que no compartimos las recomendaciones de la guía de la SEPAR. Y enhorabuena por vuestro blog!

Javier Arranz Izquierdo. Grupo Infecciosas Sociedad Balear de MFiC dijo...

Tras releer la normativa (extraña denominación por cierto)SEPAR puedo apreciar que no se establece ninguna diferencia en la recomendación de betalactámicos o quinolonas en la NAC tributaria de tratamiento ambulatorio, dejándose a la libre interpretación del lector qué antibiótico usar. A día de hoy (sólo 13 días antes del dia europeo del uso prudente del antibiótico) llama poderosamente la atención que una sociedad científica no incluya dentro de sus "normativas" la más sensata y básica, el uso racional-prudente de este tipo de medicación. Quiero pensar que no existe ningún interés espúreo de por medio y espero que en futuras recomendaciones establezcan unas prioridades de tratamiento no sólo en base a la evidencia, sino también a la prudencia.

El Comprimido dijo...

Gracias Javier. Como bien dices, el 18 de noviembre es el día europeo para el uso prudente de los antibióticos: http://www.ecdc.europa.eu/es/eaad/Pages/Home.aspx
Convendría que todos los profesionales fuésemos conscientes de que el desarrollo de resistencias depende del uso que nosotros y los pacientes hagamos de los antibióticos. Es nuestra responsabilidad y obligación.