Gracias al Twitter de Ernesto Barrera nos hemos enterado de que el comité de la agencia danesa de medicamentos que regula la financiación pública de los medicamentos en ese país acaba de decidir que la glucosamina se excluye de dicha financiación.
La decisión se fundamenta en los diferentes resultados encontrados en los ensayos clínicos realizados con este fármaco y en que no se ha demostrado que su efecto en el tratamiento de la artrosis difiera del efecto conseguido por el placebo.
Ya hemos comentado en una entrada anterior que los suecos habían adoptado la misma decisión en mayo de 2010, dado que consideraban que no se trataba de un medicamento coste-efectivo y que con el dinero que se podría ahorrar eliminándola de la financiación pública se podrían financiar otras áreas de mayor interés en el sistema sanitario de Suecia.
La decisión se fundamenta en los diferentes resultados encontrados en los ensayos clínicos realizados con este fármaco y en que no se ha demostrado que su efecto en el tratamiento de la artrosis difiera del efecto conseguido por el placebo.
Ya hemos comentado en una entrada anterior que los suecos habían adoptado la misma decisión en mayo de 2010, dado que consideraban que no se trataba de un medicamento coste-efectivo y que con el dinero que se podría ahorrar eliminándola de la financiación pública se podrían financiar otras áreas de mayor interés en el sistema sanitario de Suecia.
¿Para cuándo nuestro Sistema Nacional de Salud va a empezar a aplicar criterios de coste de oportunidad en la toma de decisiones sobre la financiación pública de los medicamentos? ¿El organismo competente en la decisión de financiación de los medicamentos conoce cómo nos estamos gastando los dineros de la prestación farmacéutica? Y los médicos que prescriben estos medicamentos, ¿en qué evidencias apoyan su decisión de prescribirlos? Demasiadas preguntas, lo que no sabemos es si hay mucha gente dispuesta a contestarlas.
4 comentarios:
Convendría que la AEMPS se "hiciera la sueca" con glucosamina y condrotitin sulfato. Deberían clasificarlos como complemento alimenticio o algo similar.
Efectivamente Ana. O que se autoricen como suplementos (dado que su superioridad frente a placebo no está clara) o que se excluyan de la financiación pública.
Gracias por comentar.
¿Y por qué no tambien la multitud de novedades que no aportan nada nuevo, salvo efectos colaterales, sobre los fármacos ya existentes?
HOla Tomás. De los nuevos medicamentos que no aportan nada hemos hablado en muchas entradas y también creemos que su financiación también se debe decidir en base a criterios de coste-efectividad y de impacto presupuestario.
Saludos
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