En diciembre de 2010 publicábamos una entrada sobre el tratamiento antibiótico empírico de la OMA en niños, haciendo referencia al capítulo de la Guía Farmacoterapéutica Interniveles de las Islas Baleares en el que se abordaba el tratamiento antibiótico de las infecciones por patógenos respiratorios en el paciente pediátrico.
Pues bien, este septiembre la IDSA (Infectious Diseases Society of America) y la PIDS (The Pediatric Infectious Diseases Society) han publicado conjuntamente una guía clínica sobre el manejo, diagnóstico, tratamiento y prevención de la neumonía adquirida en la comunidad (NAC) en niños mayores de 3 meses.
Elaborada tras revisar la evidencia científica y mediante un panel de expertos que incluyó clínicos de diversas áreas, el principal fin de la guía es disminuir la morbilidad y mortalidad de la NAC infantil mediante una serie de recomendaciones que se desarrollan en la guía y que cubren tanto el tratamiento ambulatorio como el tratamiento durante el ingreso hospitalario.
Centrándonos en el tratamiento ambulatorio, cabe destacar que en niños menores de 5 años y con sospecha de neumonía neumocócica, el antibiótico de elección que recomiendan es la amoxicilina 90mg/kg/día en dos dosis diarias, dejando a la amoxicilina/clavulánico como alternativa (consideran que la posología de dos veces al día, tanto para la amoxicilina como para la amoxicilina/clavulánico puede ser efectiva contra neumococos sensibles a penicilina).
Ante sospecha de neumonía atípica, el antibiótico de elección es la azitromicina en dosis de 10mg/kg el primer día, seguida de 5mg/kg/día hasta completar cinco días de tratamiento y relegando a la claritromicina en dosis 15mg/kg/día repartidos en dos tomas, durante 10 días, como alternativa junto a la eritromicina en niños menores de 5 años. En niños mayores de 7 años contemplan la posibilidad de utilizar doxiciclina, pero no se debe perder de vista que este antibiótico puede provocar reacciones de fotosensibilidad y que puede causar coloración permanente de los dientes, reacción adversa que es más frecuente cuando se usa durante períodos prolongados, pero que también se ha observado tras la administración de tratamientos cortos repetidos, por lo que no debería emplearse en población infantil a menos que no se disponga de otras alternativas.
En el caso de niños mayores de 5 años en los que no se pueda clasificar bien si el cuadro es una neumonía típica o atípica, se recomienda la combinación de un betalactámico y un macrólido como tratamiento empírico de la NAC.
Con alguna salvedad (como las pautas de betalactámico en dos dosis o la preferencia por azitromicina como macrólido de primera elección), las recomendaciones de esta guía de la IDSA y la PIDS están en la línea de las que se establecieron en nuestra guía, por lo que podemos concluir que, tres años después de su publicación, el capítulo de la Guía Farmacoterapéutica Interniveles delas Islas Baleares sigue estando vigente.
Finalmente, en cuanto a la prevención de los cuadros respiratorios infantiles, cabe destacar el énfasis que los autores ponen en la importancia de la inmunización, incluyendo, no sólo la vacunación frente a Haemophilus influenzae tipo b, sino también en la vacunación frente a neumococo y la vacuna antigripal. Estas dos últimas no forman parte del calendario vacunal infantil de las Islas Baleares (en algunas comunidades autónomas sí se incluye la de neumococo), aunque se contempla su administración en población pediátrica con factores de riesgo. Por otro lado, en la guía también se recomienda la inmunoprofilaxis frente al virus respiratorio sincitial en niños de riesgo. Todas estas recomendaciones las califican como de grado de recomendación ”fuerte” y basadas en evidencias de elevada calidad.
Entrada elaborada por Ana Aurelia Iglesias Iglesias
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